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mayo 29, 2009

sueño con otoño

También llega agosto, y así como llega se va. Transmutando sus ropas y con alguna escupidera bajo el catre, las noches se van haciendo más de la cuenta. Se cuecen lenta e imperceptiblemente, y ahora con el frío, todo pesa un poco más. Y la tormenta que pega despacito, el mundo se para en puntitas de pie y ni siquiera dios sabe, cómo es que la noche avanza y uno ni tan siquiera avisado.
Y como la tormenta pasa a ritmo desordenado, un repique de truenos y unos flashecitos de relámpagos, la noche se va cerrando, y claro, mientras más cerrada, más cerca estamos del día.
Claro, Ahora es imposible pensar, es agosto. Es agosto. Agosto y otoño tienen una suave brisa de colores ocres, una melodía singular, cómo puede ser! si ningun mes suena con su estación. 

Todo mezcladito y sin apuro, menos agosto, que se va tranquilo, con sus lluvias, sus tormentas y sus locas ideas otoñales. Esto sí. Las letras no. Que las letras caigan como lluvia, puede ser; pero que de pronto una imagen, una mirada distinta al horizonte aprezca tan-así, en el rostro de alguien a quien había olvidado, es imposible. 
Que esa mujer, que quizá nunca significó nada, ahora aparezca, con sus signos tan parecida a lo que años atrás era ella...no puede entenderse. Es otoño, que deja su mística, su melancolía impalpable, su sensación. 

mayo 21, 2009

pa vos allá, yo también soy pueta

turubu bu bu
turbu bub bubu
Me gustaría estar debajo del mar,
In an octopus' garden in the shade 

viviendo así, en la humedad de buenos aires y pavón.

He'd let us in, knows where we've been 
In his octopus' garden in the shade 

alguien va - a  a  a decir
 
que estaría muy bueno tenernos
siempre a los dos


aaaaaah


a a a aaaa
 
sería - interesante- cojer con vos.

en un gran jardín de espmeralda y girasol

Fantástico, entonces. Con eso es acaso usted feliz!? 
Pues, claro. Así de simple y con la humildad del gesto y la necesidad.
Entonces de qué rollo me habla ? De qué historia, si a penas alcanzan las paalabras para lo ultramente necesario
para que entonces ese rollo, 
si somos felices y entonces qué.
pregunteselo

Le pregunto entonces: - cuando pasa qué cosa?
Nada especialmente, solo que las emociones hoy vienen acompañados de esto que traigo
como el dolor viene con la punzada, hoy la emoción viene con cancion

me rio sólo para no darme cuenta lo maravilloso de la armonia, entre lo que escribo
lo que siento
y lo que pretendo
ser.


mayo 06, 2009

dudas desnuda

Ahora que estás desnuda, sería bueno preguntarte qué va a pasar después...Y como estás así, acostada regodeándote en el placer de sentirte inalcanzable, es tiempo de comentarte, y qué si faltara, qué si tan sólo no estuviera.
Es que ahora que tu mente desnuda descubre. Ahora que tu mente desnuda descubre la imposibilidad de existir más allá de tu propio cuerpo es tiempo que aprendas, es tiempo que sepas. Sería bueno que pensaras, pensar en la mera idea de desaparecer y puf, nunca más estar.
De no ser quien imaginás ser y desvanecerte, volverte loca encontrándote de nuevo, evaporándote en mil estrellas y nunca más regresar.

Ahora. Ahora que estoy desnudo y mi mente se refleja en ese espejo de mil caras, en mil imágenes que son mías. Ahora que desnudo frente a vos todo lo que supongo ser y desnuda de pie estás vos, justo junto a vos me preguntás, casi sin más nada que decir, a quién podría parecerme. Como si supiera respondo, que ni yo soy yo, mirándote a vos... que podrías ser quien creo ser. Si tan sólo supiera, claro. 
Entonces no te respondo y reposo en vos, en tu desnudez acalambrada. Y vuelvo a pensar, imagino la respuesta: un montón de carne podrida y huesos quejumbrosos apilada en un puto desierto de papeles y escombros inútiles. Pero sólo siento tu respiración, tu dulce calma desnuda, detrás de tu corazón que duerme. Y entonces se, con certeza, donde estoy, quien soy y a dponde voy.

Y vos, preguntás desnuda, sin saberlo, que soy todas las preguntas a todas tus respuestas y que no pienso desaparecer, aunque se abra la tierra y nos deje nuevamente solos. Voy a buscarte y no vamos a poder escapar.

No pienso moverme hasta que desnudes tu alma y sangres las verdades y descubras por fin, que debajo de ese ropaje, estoy yo, esperando contagiarte más dudas desnudas a tus certeras inseguridades.


mayo 05, 2009

De novelas y otros cuentos absurdos

Los ojos negros profundos, redondos, brillantes. La perfección de una mirada circunspecta y atolondrada que sube lentamente por el rabillo de sus almidonados vestidos, mirándose las uñas primero, deteniéndose en el descanso de sus hombros después, en un gesto de envidia para cualquiera, para ella no es más que un leve bostezo sostenido su pequeño hombro; hasta encontrarse con la mirada de aquel.
El que andaba buscando una palabra que cerrara con su cuento de habitación de hotel, buscando entre recuerdos, una rima, una simple oración que terminara el suplicio de desvelo, pateaba piedritas y papelitos...
Una milésima de segundo que conectó todas las fibras internas de ambos, en un calor silencioso, pudoroso, que no atreve a decir palabra.  Apenas un roce entre aquellas miradas, que no sacan chispas; no claro, no estamos en una novela. Apenas brillan algunas estelas celestes y no son metáfora, al menos no para ellos. Mil roces pueden sucederse en un día, en una semana, en toda una vida. Mil miradas, mil palabras y ninguna flor. 
Y en ese escondite de encuentros misteriosos, donde la profundidad de una mirada quedaría pregnando por siempre, esa, esa que siempre había imaginado, se había hecho presente esa mañana. El cuento final, la historia sencilla, el ¿amor de su vida? No. Eso sólo en las novelas.
¿De quién hablamos?  ¿De él? ¿De ella? Lo mismo da. Ese instante se limitó a aquel estallido. Un nuevo gesto, quizá un mosquito, seguramente una mosca; que no estamos en una novela y esas cosas pasan, y su mirada cambió su dirección envuelta hacia el interior de quién sabe qué pensamiento. Es que uno puede ser omnisciente y así todo nunca entender el por qué de ciertas miradas femeninas, ciertos gestos imposibles que sólo esta hembra humana puede ser capaz de producir. 
Y entonces con el mismo desconcierto que este omnisciente, el chico de treintaytantos, que andaba por ahí en busca de las eternidades más elementales, que vio en un destello aquellos ojos negros impenetrables, volvió su cabeza hacia cosas más urgentes; que también los hombres tienen urgencia y en este caso el filo de un paraguas apuntando directo a sus ojos, no iba a ser la excepción.
Sin embargo, y aquí, en ese momento donde todo parecía finalizado, donde el párrafo final se adivinaba ya casi con los ojos cerrado; las cosas que son imperceptibles, incluso para los omniscientes, se hizo testigo para todos, incluso para la señora que guardaba ahora su paraguas mortal.
La leve mirada y el calor de su cuerpo, se hicieron uno, en la sutil sonrisa. Puesta en él, claro, su receptor; que recibía sorprendido, sin entender, como todos allí; el saludo mágico de los ojos negros, de su pelo azabache y su sonrisa 10 puntos.
La volvió a buscar, sin mirarla, pensando que de pronto su mirada y la de él se encontrarían nuevamente al azar, como había sido. En un suspiro de ella, mirando el cielo, en busca de respuestas, él, por alguna imprevista reacción bajaría un poco más su mirada, quizá anotando mentalmente alguna que otra frase y allí estarían nuevamente. Pero no. Que no estamos en una novela che, que estas cosas pasan cuando pasan y que la verdad de la milanesa es que ella viajó, se fugó a parís, por un amor que no era; y él naufragó en un amor de copas vacías y nunca jamás; porque estas frases lamentablemente no sólo viven en las novelas, volvió a olvidarla ni a perdonarse ese mutismo infinito que la perdió a ella, en su sonrisa, para siempre.

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