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enero 04, 2010

Inconcluso

Me falta la novela. El camino hacia el cuento, el relato, la sinfonia aritmetica que es quien determina esta accion extravagante.
Si lo pensas, es como hacer musica, tocar el piano, parece una novela, no? Acaso los dedos no digitan un ritmo determinado, una angustia, un nudo y un final? El contoneo de los dedos y el sigiloso caminar de las oraciones en sus respectivos pentagramas?
Escribir musica, escribir al cuadrado. Un track tras otro, una aguja en el pajar. Todo piensa, todo siente en ese entramado, en esa arquitectura dactilar.
La tension y el momento culmine, el cansancio fisico y mental. Todo en el placer que deja plasmada una determinada estrofa musical.

Por que entonces no poder dedicarme a la poesia, puesto que surge de aquella estructura musical? Por que no anhelo escribir de esa forma? Por que a pesar de todo,  mis escritos inmediatos y finales, concretos y sin sentido. De esa busqueda parcial e infinita de volver a una oracion y otra. A ese cuento no inventado, esa novela sin contar?
Por que siempre esos parrafos largos y ese acento particular? Por que no una cancion, un violoncelo y su guitarra? Por que no logro musicalizar como pienso? Por que logra meterse en mi la necesidad de un cuento cantado? Un absoluto repiquetear de una novela aterciopelada y textual?

La poesia, sin embargo, no entra en mi como la musica o el soliloquio. Ingresan en mi cuerpo de forma inequitativa, y ese es mi karma. La musica ingresa, la siento en cada bullir de mi sangre, en cada latido y exasperacion. Acontece como el sonido de una cuerda vocal, y a pesar de ello, no la puedo cantar. No logro componer. Una tarea privilegiada.

A pesar de ello, cuantos caracteres encontre aqui? Cuantas palabas que fluyen, que llenan un espacio, un vacio. Un escritor y su pensamiento, en el vacio que nadie pensaba, del que nadie necesita. Sin embargo la palabra esta alli, se hace verbo en las manos del artista, y como una escultura, se van delineando imagenes, contornos y texturas.
Sin saberlo, el texto toma forma, no como imagen ni cuerpo ni materialidad, sino como musica en los oidos del lector. Como una brisa armonica, un triste bahido de un sentir poetico.

Palabras, palabras, palabras, Todo intento por seguir es enunciativo, es la falta de continuar, de saber que luego del punto se acaba, es la muerte, el destello de una vida que pudo haber sido vivida, de una historia contada con brillante excepcionalidad. Pero no. Claro que no, este autor no. Puesto que no sabe que lo es, tampoco conoce la forma de serlo. Es el enigma, su karma,
Escribir sabiendo que su musica puede ser genial, pero es un inculto para esas artes.

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