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abril 12, 2010

Urgencia

De pronto, escritor visceral, escritos fugaces, urgentes, fogosos, deliciosos. La búsqueda del papel, cualquiera. 

De celofán, servilleta, higiénico o carbónico, lo mismo da. Da lo mismo, escribir en la mano, en la pared, en la tela o el sillón. Apenas da. Porque todo vos, expele, regurgita, trasunta lo que buscás. Te carcome, te subyuga y ante eso, la nada.

Y nada alcanza. El terror que tu papel se acabe, que la tinta perezca, que el tiempo culmine. Y a pesar de todo, siempre sin decir nada, sin escribir nada.

Hasta  que algo cobra sentido por primera vez. Ocurre lo mágico inimaginable. Algo, alguien, que? de pronto cobra sentido.

De pronto tu sillón, y con él vos, sin esperarlo desaparec

abril 08, 2010

ficción

"Las percepciones son un conjunto unificado de interpretaciones y evaluaciones de gestos y/o hechos ordenados en grados de significancia unos sobre otros. 

Si bien los gestos son objetivamente reales y mensurables, nuestro cuerpo capta infinitos impulsos, movimientos, texturas y colores que nuestra mente evalúa y jerarquiza en un número limitado, realizados por ese yo/sujeto/evaluador que determina el sentido de esos impulsos y actúa en consecuencia.

Justamente por la existencia de ese yo/juzgador la cadena interpretativa queda plasmada en una determinada y única percepción subjetiva. Esto significa que un gesto es percibido con mayor potencia que otro y, por tanto, ese gesto se prioriza para las intervenciones que sobre tal acción el sujeto debe establecer.

Eso nos trae la idea de que al ser este único sujeto capaz de realizar las evaluaciones pertinentes, la idea de la efectiva existencia de estos gestos y/o hechos queda relegada al lugar que le asigne su interpretador, cuya legitimidad sobre lo percibido sólo estará efectivamente realizada por si, siempre que el sujeto evalúe su importancia. Sólo allí cobra existencia real la acumulación sensorial objetiva. En otras palabras, la verosimilitud del gesto y su existencia final quedan determinadas por la acción subjetiva del receptor de la percepción.

La idea es entonces constatar que el hombre/sujeto interpretante crea sus propias ficciones, sus propios relatos y su propia biografía en su relación con la sociedad. Estas interpretaciones quedan galvanizados en acciones del yo/interpretante que se relaciona con otros sujetos de acuerdo a las evaluaciones, las apreciaciones resignificadas de la interpretación. Así dos personas pueden percibir sobre una misma conversación modos, colores, texturas, sentidos diferentes de la comunicación y por ello estas distintas miradas acarrean distintas consecuencias o formas de actuar.

El interrogante se plantea en relación a la interrelación que este tipo de mirada sobre las percepciones se ejecuta en el corpus social, toda vez que la interpretacion subjetiva se realiza de forma individual y existen bajo esta lógica, tantas miradas como sujetos interpretantes. Será posible entonces extender el análisis a una teoría kantiana hipotetizando en torno a algún elemento unificador de ciertos criterios comunes y contrastables en una sociedad determinada que hagan efectivo un mismo relato, un mismo diálogo en torno a las percepciones en donde la traducción subjetiva se realice en un mismo “lenguaje” de sentidos comunes.

El loco, asesino, rebelde, enfermo o artista lleva adelante un proceso único (igual que todos) de una traducción. El caso aquí es que estas interpretaciones son extraordinarias en el sentido de una mirada inédita sobre la existencia de las cosas. De esta forma ponen en cuestión al resto de la sociedad esas ficciones latentes que atraviesan al conjunto del cuerpo social, pero su interpretación original las vuelve “extrañas”. Devela así la trágica relación del hombre con las cosas en la cual el hombre como sujeto-interpretante posee la capacidad de reconocer infinitos matices de un mismo objeto,gesto, sentimiento, etc. La sociedad encapsula una determinada forma de codificación que reprime así nuevas instancias de aprendizaje, nuevos sabores sin descubrir, infinitos espacios de la mente aún sin explorar.

Nada existe pues, sino la fantasía, entendida como sublimacion de infinitas percepciones expresadas en dispositivos asociativos y plataformas socialmente reconocidas.

abril 03, 2010

Sísifo

Para cargar tan rudo fardo
Sísifo, dame tu coraje.
Bien que animoso yo trabaje,
corto es el Tiempo, el Arte es largo.
La mala suerte, Charles Boudelaire.
La astucia puede vencer
a la misma muerte
lograrse así la trascendencia,
esclava de su valía

Mas la guerra diosa cruenta,
de grilletes irónicos libera

y, solo, la astucia
carga con su piedra
comenzando otra vez
siempre desde abajo

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