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diciembre 24, 2010

infiernos

queman las teclas del teclado, el infierno en caracteres y símbolos me toma de mis manos, y las estropea contra el teclado, este. este. este que ahora estoy soltando.



como un rap, de los sesentas, la ternura de terciopelo de los setentas
el punk pirata de los ochentas y una nada de siglo pasado

sinestecia del día después,
ver a colores los números y letras mientras lees, oler el perfume del rojo
y tocar el destino con fa

canto en la escena de ayer
y grito en la escena del presente
y lloro la que será

tiempo perdido
jornada dudosa
tiempo aciago
hora dudosa
tiempo camelo
segundo de vida

tic-
tac

tic-
tac

tic-
tac tac


tiempo de nadie, palabras vacías, estructuras servidas, acólitos advenidisos, entretenido público y nadie más.

Las palabras carecen de campo de batalla,
las letras sólo importan en su movimiento perpetuo
no hay
pena por lo dicho
no hay
congoja por lo decido

diciembre 21, 2010

amada subterranea

En el filo del espejo, en la esquina inferior de la ventana de un reflejo, el gesto atendible de la pollera ligera, ondula en el trajín de la espera.
Frente a un mundo que nadie podrá observar, ahí la tela se entrega al espejo, lo observa esquivo mientras danza la tela presa del viento inconsciente.

Las piernas ahora desnudas por el viento encienden el lienzo, asoman y dan cuenta al mundo de la osadía.
También son ellas presas del reflejo, piernas movdeizas, en el que la prenda se sostiene ojeando la esquina. Quedan quedas aguardando el envión que se arrastra tras los pasos del viento torbellinado

El reflejo se apaga, en los costaditos y al margen, se destapa de a poco la tarde que requiere reverencia
Se apaga la luz, el espejo saluda la amada subterránea

diciembre 20, 2010

lunas


viste la luna hoy?
Estaba rebosante
con los ribetes llenos
sin bordes y redonda
tan blanca brillante y con ese terciopelo
de nebulosa que parece recorrer su cintura.

No pudiste ver, acaso
las lineas imantadas de luz helada
en la noche oscura
relampagueando el horizonte?

O no sentiste, por cierto
el contorno taciturno en la tarde tardía
y el cielo como estallando de azul furioso
y tu luna encintada al muro del cielo
brillando en sí misma, sabiéndose mimada

Eclipse que disparás
este día macabro
donde la luna te acata y apaga
por un rato su maleficio

el mundo está contemplando
un poquito tan sólo
de su propio artificio

diciembre 18, 2010

tras la luz el vacío y la ventana


El ambiente azul, el contraste con la roja madera de piso y la luz flourecente brillante del velador. La cantidad de luz, es suficiente para iluminar, el amarillo brillo de la vela apreciendo tras las ventanas, una habitación a oscuras.

La negra sombra en las paredes blancas, ronquidos quedos de una bocina lejos, amague tierno de un zumbido de charlas, lejos en cualquier continente, lejos de éste.

tras la luz y las ventanas,
el silencio total
del vacío perfecto,
en esa bomba de vacío que se precisan
para hacer estallar en mil pedazos el tiempo y la historia

El silencio total, música preciosa que ensordece los paisajes, llenándolos de chocolate y golosinas. Un paisaje de doscientas musas y quinientos poemas. Detrás de la tenue luz de vela encendida, danza quieta  la llama con el preámbulo del viento, que asoma por la hendija entreabierta de la ventana blanca.

Tras la luz,
el vacío
y la ventana.

Una conmoción de hombres y mujeres,
de juegos y sueños
donde todo se confunde
funde sin sentido el sentido del orden.

diciembre 11, 2010

sin sueños ni anticipios

llagas
del olvido
y algún quejido

el murmullo de su voz
no la recuerda
su presencia, en cambio
murmullo de lo recordado


viento
que estalla,
y el sonido huracanado
y los árboles gritando sus hojas
y en las calles
desiertas
hacen tronar el tiempo

quejidos del olvido
lacerantes heridas
son silencios dormidos
sin sueños ni anticipios

diciembre 09, 2010

Balcón de flores

Hubo un vaso que se cayó en medio de la luz brillante del balcón. Cayó, embebido de tristeza, desparramó su dulce néctar por los pisos semi destruidos de esa propiedad vencida, caída, tardía, desapropiada.

balcón de ilusiones -sin mayúsculas empieza el nuevo párrafo, cayeron por ahí unas cuántas ráfagas de ceremonias, de verano, de primaveras. Ceremonias de flores también desapropiadas, -y nuevamente mezcla las palabras, las repite como un loro- baldosas vencidas, tardes caídas por el vaso de néctar desparramado por el pie infame que avanzó esa noche sin puntos ni comas para que el que quiera entender

Desparramando su bilis, el vaso corona una eternidad de noches celestes, cielos vírgenes, sueños desamorados y un montón de recuerdos apiñados en un rincón. Allí, en la sombra de acá nomas, entre tanto mameluco y trabajos inacabados. Allí están, las sombras de los montoncitos apiñados.

La compu, lenta, destaca la imposibilidad de crear en la noche abrupta de sensaciones, lentas caminan, como caracteres serigrafiados, palabras descoyuntadas, desfiguradas, desapropiadas, ahora sí, -con la razón de la  narración - que alguna vez tuvieron sentido.

Y la música , que también se repite, rompiéndose en su anonimato, de multiformidades atroces. Mil caras, mil gestos, infinitos encuentros. La música es una nota. U-N-A nota. Cuál, cual! Algunos viven buscándola en los restos de basura, en los tachos infestos de cultura, en los museos y en las pancartas políticas.

Dame un poco de tu presencia, -Oh, primera persona del singular que apareces como un estiércol en este texto para el olvido- de ese ser inconmensurable que se estira en los vapores del tiempo y me permiten iluminarte con una linterna de deseos, todo mi ser.

En un segundo, y nada más. Un ruego, y nada más. Un segundo. Una poesía, una nota.


Prosigo prosaico esta angustia letrada, poniendo palabras al llanto, a lo que no quiere retroceder. Y entonces el tiempo, que tampoco retrocede y sólo avanza, como la larva en el piso mojado por este vaso roto en mil pedazos, transcurre en un inmenso parántesis de infinitas comas, puntos y diéresis. Nadie entiende que aquí es donde pululan la luz, el fuego, la tierra, el aire y la nota.

Pero la espera, eterna búsqueda de sostener el tiempo en un tendal de sentidos. Nada, nadie podrá jamás acompañar el sentido de la espera, como un punto irremediable en la certeza absoluta de la existencia humana.

Hablas de amor! Como si se te ocurriera pensar en tal cosa. Un soliloquio de improcedentes conclusiones sacadas vaya uno a saber de dónde! Hablás de infinito, y apenas conoces tu universo!

El comienzo de todo, no nos olvidemos - Ah ! y ahora el plural de un yo compartido; escritor nervioso, miedoso, no se anima a volver a la singular aseveración- un vaso desparramado en la estepa del balcón. regando con saña las orquídeas perfumadas que da tu primavera.

Y mientras ese charco infame de sueños inundados va regando flores y cayendo en el anónimo cauce de la rejilla, nosotros explotamos el sexo imprudente. Ese sexo de dos, mil hombres y mujeres sueñan y sueñan. Y como un castillo construimos, imágenes prudentes de un futuro imposible. Creyendo que todo puede suceder, prendiendo un fósforo, quemando el alchool, que tiñe baldozas de estiercol, aquí justo frente a nosotros, en este balcón.

diciembre 06, 2010

descripciones y una aseveración

Cielos en su boca,
nubes acariciando su lengua,
blanco piano de escalas cromadas

esquirlas de truenos, rodeando sus dedos
rocío sereno en su piel terciopelo
sequedad terca, de uñas cuidadas

humedad, madre tierra
crece paciente, regando el camino
una lluvia apocalipso, abre senderos

es el aire entero
entrando en la vida
respirando trechos
de almas perdidas

diciembre 02, 2010

Nada y golosinas

Tenías ganas de sentir, cuando la vida todavía parecía un sueño, que las emociones se pueden tocar. Como el sugus azul, como el anís del caramelo, como el bullir de un chupeloco. Volver a pensar, que los sentidos se trocan, en un papel de caramelo. Con el celofán amarillo y ese papel metalizado. Cuando las ganas para quebrar el corazón del bon o bon o juntar en un bolsillo infinitos billiken. 
Ganas nuevas, de viejas tropelías: los mil chicles en la boca y el globo más grande. Agachados debajo de la mesa, contando moquitos en un escritorio.
Cuando todo se oscurece, la vida "fluorece"; nacen pestañas de flores, de mil colores centelleantes. Un tiempo y sólo eso, en el que ámbares y néctares sobrevuelan los perfumes de la atmósfera nebulosa. Salir mejor parado, es la misión de algunos, mientras otros "atroces", intentan sentir colores. La sabia de un rojo, el frío ladrillo; el ansioso naranja y el cristalino blanquecino.
Tenías ganas una noche, de oscurecer la mañana. Qué todo cuánto haya en el mundo pueda latir el segundo. Uno eterno, uno imposible, un infinito segundo de nada y golosinas.

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