*

*

noviembre 09, 2011

escritor orfebre

Sigo latiendo las palabras como un cúmulo de sensaciones adversas,
todas ellas se expanden en un raudo río de faustos y falsas imágenes
dibujadas todas en una secuencia abstracta de silencios/ruido/silencio

luego el quejido hierbe el tejido de la hoja,  exento de toda textura,
se descubre en su escritura,
más bien:
el texto trasluce la textura del papel que yace a sus pies.

Escritor orfebre, escritor carpintero,
fabrica poemas sillones
y lírica para sus escombros

tu acústica estética convierte el silencio
y lo tiñe de tiempos mágicos
como el deseo atrapa la espera,
tu cintura estalla en los bordes de la piel



truenos y tormentas

una tormenta se acerca
se oye venir
por sus truenos a lo lejos
detrás de los balcones de acero
por el sonido sofocante de las hojas besándose los colmillos
y el ladrido en llanto de un perro perdido

El estrujo del cielo
se ciñe en la noche
y un nudo de estrellas
resulta insuficiente
para poner luz,
en la sofocante hora

Así de oscura
así de brillante
el cielo se esparce como una gota de aceite
por entre los vidriales dormidos

el perro ladra
aún
aunque pareciera que el mundo por fin ha callado
y el viento se detuviera
y la noche sigue noche

paciencia,
y el sopor acontece

los autos pasean sigilosos,
locos desesperados
por hallar la tormenta
contuvieron sus hálitos de escritura
y salieron al mundo,
buscando una brújula

se acerca la tormenta
y la siento brillar
en los truenos de acero
en los balcones blindados

vientos fríos esconden el trueno
el trueno
está aquí


noviembre 08, 2011

canto

"Mata al pájaro. Guarda el canto"
Miguel Angel Bustos

Hay un secreto
un rumor aterciopelado
Que descubro

Sigiloso, tu canto
persiste tras los ruidos de la ciudad
libre de toda prisión

Cantás como desnuda
con la memoria de un cuerpo
que no está

Esa música que se contonea
en el aire tras las esporas
de una mañana de primavera

Traman la esencia de tu poesía
divina y encarnada
en los cantos de tu voz

noviembre 01, 2011

Los objetos


Y si los objetos fueran como concentrados
esencias de amor
amor sin relato
cristalizado en una serie de puntos
de inmovilidad

Si los objetos se nutrieran
del calor vital de los recuerdos
Si fueran capaces de absorber
en cada uno de sus poros
las vivencias cotidianas, el viento y el aire, el perfume y la luz
de cada centímetro de vida
que hubiera acontecido en su presencia

Y si los objetos no fueran
más que nimiedades,
entornos ficcionales de una vida pasada
y toda la eternidad del espacio y el tiempo
quedara cristalizada en ellos

Existiría un ser capaz de apropiarse 
de la luna y el sol
Habitaría en los confines de la objetualidad
como fetiche encarnizado con lo existente
sensibilizaría sus extremos,
para conectarse con la savia
que brota vida por contexto

Los recuerdos,
como series coleccionables
en pequeños trazos de materia. 
Santuarios clandestinos
recortados por la experiencia
de amores dibujados en los contornos 
nostalgizando los bordes
lagrimizando las texturas
sensibilizando las formas

Así, el coleccionista de retazos informes
se vuelve objeto de sus tesoros,
un amasijo de materia, venas y carne
colonizado por su propia conquista
víctimas del recuerdo


septiembre 29, 2011

cambio de época


che, vos primavera
que andás por ahí floreciendo risas
que soplas al viento melodías dulzonas
que no hay dioses que lo hayan podido saber.
 
Decíme, que me pregunto por qué siempre te veo
caminando por la hojarasca que el otoño apenas dejó caer,
batiendo colores que sólo tu cuerpo sabe querer  

septiembre 16, 2011

Sin palabra

Tengo que

desanudarme y andar

tan sólo quedan parches
y nada hace suponer
que algo pueda cambiar

el tiempo que


se desintegra en la mano

y las llagas que supuran tristezas
se desvanecen en la púrpura tecitura
y el contorno parece mutar


Que parece morir,
el tiempo anudado en la palabra,
cada vez que termina en la palabra,

el sonido



Grietas de un suelo que se fragmenta,
en múltiples escalones,
escaleras que descienden al cielo,
como un pasaje eterno

Y el abismo que se abre,
que se encierra, en cada vendaval
que recorrre tu cabeza

la pauta de la sangría, que nutre la herida
y la patética palabra, que encierra la tristeza
que está guardadita en un cajón..


septiembre 12, 2011

justo ahi

la procesión muestra el brillo de lo colectivo. De una hermoso manto que acariciamos todos. Como un techo que nos cubre, como una monumental iglesia, donde llegamos. Arriban cuerpos exangües, llenos de vitalidad. Llueven contradicciones en los bondis, en las calles inciertas. Yuntas envueltas en banderas, en llamas de conciencia viva. Caminando ciegos, en paraderos nunca conocidos, cocidos por el hilo de canciones. Zurcidas en carne viva, con la aguja de la eternidad. Caminando, caminantes tardíos de angustias sosegadas, que estallan, violentas en la respiración agitada. En el frío hielo que sienten las venas, en una noche estrellada, pero fría. Friisia para los cuerpos desnudos, remeras remendadas. Remendadas de años de mismos escenarios, todos tan únicos y exactos.
Los kilómetros perdidos, de esa procesión que era conquista y coloniaje. Era copamiento de la vida misma, tiñendo cada milímetro de territorio desconocido. Barrer, como un viento, con banderas de felicidad el cielo del terruño olvidado de la patria.
Y la mentira, que queda atrás, en cada esquina y cada adoquín. La mentira que camina como una sombra, al lado de las verdades delincuenciales, las verdades que subvierten los ismos inventados.
El tiempo que disuelve entre alcoholes y flores, un contubernio exasperante. La música que contiene los cuerpos y la sangre que derramase en sinfonía con el ritmo del silencio. Un silencio que es desierto infinito, lejos de los ojos de quienes somos protagonistas invisibles de un instante. Instantes de recorridos por un viaje imposible de millones que se incrustan en todos los cuerpos.
Una batalla contra la ignominia de los injustos, una batalla mediaval, de castillos indómitos, de tierras escondidas en el fondo del mundo. Encontrando un cáliz, una felicidad, una astilla que atraviese los escudos tatuados, de simbolos cantados, que atreaviese a sus heroes y sus glorias. Papeles pintadados, mojados por el sudor irreverente, vacío de todo lo demás. Extasis en las gargantas, gritos en los ojos, llantos en las piernas y dulzuras en los oídos. Y la danza, danza de un movimiento de oleadas, de ritmos angustiosos. Saborear el movimiento sinuoso de las olas de pibes que arrumban los contornos, los derraman en su andar musical, caminando su sentido, pisando su pasado, olvidando todo atrás. El tiempo es mañana, que esta hoy, acá, en el sendero desconocido de la venganza de miles, en la victoria pírrica de una batalla que nunca se dará.




septiembre 02, 2011

la evasión y la culpa

la evasión

determinar la ruta, a ningún lugar
tramitar un desaire al fin, del camino
tropezarse con un bostezo, de eternidad
y caminar despierto, sólo en el tiempo

y los sueños que esperan, el fruto perdido
la acechanza dormida, del futuro nacido
la danza caprichosa, del circo desnudo

el temblor de una sorna, en pleno amanecer


la culpa

Haber descubierto, un camino
que haga feliz
una ventana de libertad, en rejas que miden desiertos
de sonrisas en mediodías, en sueños despiertos
en la anarquía disociada.



julio 08, 2011

Nuevo DNI

(número)
Preámbulo de la Constitución
( número )
             
Datos del estado civil
Otras anotaciones que
modifican o complementan
los datos anteriores

Prórrogas de permanencia
Transplante de órganos y materiales
anatómicos - ley N 24.193
Cambio de domicilio
Cambio de domicilio
Cambio de domiclio
Cambio de domicilio
Cambio de domicilio

Constancias electorales
Constancias electorales
Constancias electorales
Constancias electorales

junio 20, 2011

la continuidad de las cosas



A veces sucede con los objetos, que contienen una vida particular.
Cargan más bien, los objetos, todas las vidas y allí quedan, sin historias, situados en un presente que les es
completamente extraño, pero que nada pueden hacer más que yacer allí en donde estén.

Hasta que claro, escritor atento, escucha un comentario de una docente con su alumna, que intenta con devoción devolverle una alegría.

-Hoy, fideo, no voy a comerte,  -Hoy, muñeco no pienses, ni loco, que voy a jugarte. -Reloj, hoy no me darás ni una mísera hora de tu tiempo.

Instantáneamente, el mundo se disipa, las cosas pierden sus siluetas y el aire ya no flota. Todo alrededor ahora conforma lo que subjetivamente es.

Las cosas así no tienen continuidad, dejan de contener la secuencia perpetua que acontece con la materia. El movimiento que mantiene firmes las cosas, allí donde se encuentren. En todo caso, la discontinuidad trae aparejada algún tipo de desaparición de la cosa, tal cual fue concebida para repetir(se).

Allí donde la cosa detiene su proceso, la materia cobra vida, como muerte de su objeto. Es ahora la humanidad que quiebra ese sentido primigenio, lo absorbe por completo. Es ahora la persona-objeto asimilada por la continuidad de la permanencia de los objetos que yacen tendidos y sin capacidad de sortear su propia funcionalidad.

Capaz el lenguaje, quizás la palabra, en todo caso, el suspiro de una frase sea definitivamente lo que termine respirando cuando la vida se detenga.

La materia viva manifestándose sin intermediarios, sobrepasando la razón, que es siempre aberrante.




junio 16, 2011

un vals

que que que
jaja jaja jaja

tero tero tero
teso terso tesoro de oro de alcancia de cia de sones profones y tifones, fonética encendida,
complejo disturbio aloja pertrechos de sueños
traqueas dormidas
sonidos mudos
catequesis de afroditas y
cuerpos
muertos
dispersos
extasiados
dormidos

Tu piel en la mia, como propia, como insignia.
Perdiendo de vista todo, sólo queda el dulce atisbo
De un roce,
De una memoria
De un ataque de efluvios, de dinamita y extasis infinitio
De mundos que no conocía, se entremezclan en el infinito
De karma de los escepticos y desesperados.

Ni pensar que viene a continuación.
El silencio es eternamente trágico:
Asumiendo el vacío ser, culmina la trama angustiosa de una vida en espejo.

Intento buscar tu pelo, tu perfume
horadando la angustia,
horadando el dolor,
horadando el miedo,
horadando la desesperación.

Entre tu pelo,
la tranquila paz de la negra noche y el silencio perplejo
de tu cuerpo desnudo,
tu cuerpo desnudo.

El abismo de tu cintura, como almuerzo de eternidad,
descansa un torbellino de furia,
de brújulas sin norte,
de brujas sin escobas
de destellos y laberintos.

En tu cintura casi que existe
un atisbo de paz en la marejada.
Confusión de sueños raros,
tu cintura pertenece al sino de la humanidad.

La aseveración de un instante, la verdad acerca de todo, de lo incomensurable,
Porque existe,
la existencia.
Existe tu pelo,
y existe la paciencia

junio 10, 2011

Alrededor de Clarice

Y otras noches se pregunta por qué no puede describir determinados gestos que transcurren en su vida. Pequeño e insignificante destello de mariposas en la palma de una mano, un ruido de monedas en el chanchito blindado o el fluir de unos dedos recorriendo un pentagrama. Lograr leer la unicidad y poderlo traducir. En papel.
Ese evento perfecto, fuera de la escritura, que curiosea por huellas en el barro y se encuentra con el cuerpo.  El cuerpo que lo piensa y lo recrea en su memoria, como ventana dorada a la luz de los acontecimientos.
Cómo describir aquello que no es, siendo eso que es. Cómo logra cuestionarlo y sobre todo, permitírselo.
Cada gesto descrito, en cada sensación traspapelada.
Son poemas hechos trizas, y diseminado por cada página escrita.

Tiene la virtud de la palabra fluida, esa danza que los tiempos del texto van caminando incluso por cada coma y exacerbación de la Letra Capital. Son sus tiempos urgentes, insurgentes en las modales de la literatura formal.
Sin embargo, ella logra volverlos, segundos de puro existencialismo. Presa del la desesperación de la quietud, puede describir  cada perfecto sentido de un gesto cotidiano. Sus párrafos son más bien lupas que fotografían un grano de arena y extrae con preciosa cirugía el néctar de la palabra. Arrastra cada letra a su esencia original. A ese reducido grupo de palabras que nacieron hechas así, redondeadas por la perfecta sintonía del contexto.
Clarice tiene la virtud de enloquecerse, anotando los síntomas de las emociones, contadas en caracteres preciosos de infinita belleza.
A veces tiene la fascinación de lograr sentir en la piel el olor de un símbolo, la textura escuchada en la voz de la angustia, el aroma encendido y el tiempo perdido.
Y otras noches se pregunta por qué no puede describir determinados gestos. 

mayo 26, 2011

aferrado al título

Látigos de espuelas rabiosas
sobre el corazón, de las venas de
sangrante sangre rasgada en
cada espeluznante espuelazo.

Cartílagos de pirámides desechas por
el viento y el doctor ausculta el
féretro desaparecido.

No volverá a la vida, aparentemente. Es
casi casi una sentencia en una adivinación.

Dolores que se aferran a un título
tan sólo eso.

Y el escritor ausculta el féretro del cadáver
exangüe sobre la mesa de fórmica blanca
que ruge.


No volverá a escribir, aparentemente. Que
la tinta caída, había precipitado los acontecimientos.




mayo 23, 2011

La Chica

Venimos de acá
III. Femmetrónix

La Chica.
Apenas nerviosa, aprovecha el recoveco de un asiento, justo al bajarse el mundo entero, y él. Se sienta y apoya nerviosa la  cartera en su falda. Aprovecha el colapso de la estación, que arroja más delitos a la ciudad y entran amebas de pasajeras para continuar hasta el final del recorrido.
Y encontrado el buscado espejito, lo saca de su turbada cartera repleta  de perdidos ideales, y se mira a los ojos del vidriado espejo rojo. Se mira, sólo las cejas y apenas el recoveco de sus ojos. Las sílabas le tiemblan en las cejas negras. Un pelo que no depiló, y la sensación en el pecho, que alcanzaba adivinar en el ceño fruncido de algo que se perdió.

Pronto el corredor oscuro del subterráneo deja de tener sentido. Se para, se acerca a la puerta del coche , y espera allí, observando el oscuro devenir del túnel hasta que la luz de la estación terminal le señala el fin del recorrido. Allí nomás sus ideas mudaron rápidamente también, con la estación. Y recordó ella,  para qué había viajado hasta el centro aquella tarde lluviosa. El teatro, cierto. La entrada en la caótica cartera, y un disco para escuchar, en esa noche que aún no hacía.

Hizo la fila, que ya recorría la mitad de la cuadra y aguardó, con la lluvia que se había prolongado más de la cuenta y se disipaba a borbotones de relámpagos apagados. La lluvia estaba allí, en la esquina, cerquita del techito que la recubría. Ella inmutable, tomó su agenda, registró para el próximo (diez) de agosto de (dosmilonce): "con el homeópata". Recordó que algo malo le sucedía hace tiempo, y el doctor y los contubernios médicos de los que tanto odiaba, volvían cada vez un poco más seguido. Será cuestión de esperar, espetó.

La fila entonces continuó el paso sinuoso, ahora con un poco más de agilidad. Las butacas se iban llenando y ella sentada tan cerquita del escenario, casi podía sentir la alfombrita del piso. Veía las marcas en el tablado y el olor a un incienso que ya se quemaba en escena.

La noche cerrada aún con el tormento de la lluvia, había caído ahora sobre la sala, y se apagaban las luces. Qué nombre tiene esto?, se cuestionó. Qué había venido a hacer aquel día a aquella hora en tal teatro mirando esta canción? La pregunta retumbaba en la confusa cartera de ideas, de donde sacó su pluma lápiz y el papel abollado. Necesitaba escribir, poder poner palabras al traslado del tiempo que la había llevado como pasajera repentina de la confusión. Desabrió la hoja y notó lo que había sido escrito. Un número telefónico.

Esto me lo dejó él, pensó. Pero cómo y donde. Sobre todas las cosas, la pregunta que la deshacía, Por qué!.

El tiempo, que continúa el sentido, permaneció durante unos minutos. Se abrieron solemnes los cortinados pesados de felpa violacea y la obra comenzó.

Para ella fueron algunos instantes hasta que las luces volvieron a encenderse. Y los aplausos se hicieron gritos en sus ojos adormecidos. Agachada casi, empezó el descenso por las escaleras y se encontró nuevamente con la entrada, la calle, la oscura noche y el frío néctar de la vuelta a casa.

mayo 15, 2011

De persistir



El sueño descabezado. Quiero decir, sin cabeza; pero sin pies también. Sin hígado ni corazón. Quiero decir, sueño descuartizado. Y así todo, tampoco lo logro decir. Esa existencia plácida, esa coyuntura desyuntada del presente, ese pedazo de objeto.
Sueño destrozado, o desarreglado,
un sueño maquillado, quiero significar:


sueño cortado,
con todo
del uno al cien,
pero aún así
ni siquiera,
así
podría decirlo todo




A veces sucede con los objetos, que contienen una vida particular. Mascullo entre mis dientes cierta verdad, que sólo puedo poner en mentiras y palabras invertidas que apenas pueden decir.
Cargan más bien, los objetos, toda la vida y allí quedan, sin historias. Situados en un presente que les es completamente extraño, pero nada pueden hacer más que yacer donde se hallen. 


Un picaporte una pared, un borde, una maceta, otra vida y cualquier otra.


Un wisky nuevo, para desalambrar el sonido de un trampolín. Y el wow wow wow de la turra canción.
Nada afuera, perhaps bla bla, dispone mal el rudo mundo de la nada. Del mundo externo que habita allí más allá de mis zapatos. Del perfume encontrado en la sádica ciudad. También son retazos de relatos, enmohecidos por la lluvia ácida del desierto. Este desierto de esquinas y edificios, de otoños azules y amarillos. También tienen vida, también en este desierto húmedo. 


El frío en la espalda, el escalofrío desde las sienes y el pequeñero hervidero de la sangre. Hormiguitas trabajadoras de un corazón irredento. Con ese deseo imitativo de ser, más bien, de persistir. Más bien, un sueño de eso.



mayo 10, 2011

proverbio

“Las flores deben tener mariposas. 
Las montañas, arroyos y las rocas, musgo. 
El océano, algas. Los árboles viejos, enredaderas. 
Y la gente, obsesiones" 


Así del aire brotaron las oraciones que habría escuchado por ahí. Un proverbio chino o un folklore polaco. Una tiza en la arena, un recuerdo sinrazón. Lo cierto que ahí estaba en una coma, la oración recreada. Palabra por palabra, exactamente así como el autor hubiese querido recitarla. En palabras dichas. no escritas.


Un silencio, que es nadie, se calza las botas del tiempo, que corre agitado a orillas de un traspié.


El agua royendo los gajos del papel y el sonido luminoso filtrándose en la pared. Como el movimiento, las frases se pegaron a un resquicio de la memoria y allí brotaron un día, como fruta colorida, una noche de mayo.


Las hojas, cálidas y fecundas, de la tenue muerte del otoño se alojan a los pies del cemento. Escuchando, pacientes, el venir sosegado de la pútrida infelicidad. Su vuelo ondulante, silencioso y cansino tras los vientos de la estación, disipan ese momento intentándolo aburrir con danzas sigilosas que caen al suelo en un tranquilo shush... 


Así nace la nada, tropiezos de alquitrán y hojas secas de otoño. Un vacío tremendo de existencias serias, presentes, concientes, transparentes. Todas cosas dichas, dichas no escritas con la razón de ser. sed de razón para la imaginación que busca encontrar en las flores mariposas, en las montañas, arroyos y en las rocas, musgo. Quizás porque en efecto, la gente, obsesiones, y una de ellas fuera, tan solo escribir.

mayo 03, 2011

Descalabro

Tocando al viento historias estoy andando, desnudo bajo el asfalto. Intentando recrear pequeños retacitos (chiquititos) de mentiras silenciosas. Masticando retículas de aire sofocado, mascando y mascando. Aire sofocado.
Ahogado, del invierno de las palabras, que cobijan desiertos inanimados insatisfechos de ingrata realidad. Y ahí vamos, con los dedos de-snudos, también, de-caricias de imaginación. Son las musas mudas que habitan el vacío y así descubrimos que vamos viviendo..

Y dejo los dos puntos, ahí arriba, en la oración pasada, y solicito una rápida respuesta de por qué he dejado ellos ahí. Solos, sin ninguna otra sentencia que los acompañara un poco.

Persisto en la habitación desierta de palabras. Desierta de musas. Como si ellas convivieran día a día en un estrato diferente, de lógicas tan disímiles, que nuestras cogniciones no fueran capaces de aprehender, pero estuvieran ahí, presentes y atractivas para el paladar. Para poder decirlas, están allí, debajo del polvillo que junta la mañana al abrir la persiana. Y las palabras flotan en un aire de terciopelos de papeles. Ubicadas en ese preciso momento, del escritor apantallando con extrema paciencia, esperando que la brasa rojiza del sinsentido dejara el letargo tras tanta cordura.

Esa frase la escuché en otro lado, esa frasecita canchera (congniciones no fueran capaces de aprehender) y el pensamiento repentino: que todo se  leyera, en definitiva, con frases conocidas. cuouts las llama wikipedia.

Y hacía días las musas habían desaparecido, olvidándose qué hacer con tanta presencia. Pues vivían el día, con sabrosa indignación. Sentían que la humanidad entera había dejado de existir. Como fantasmas olvidados de cuento de brujas, la humanidad se resquebrajaba sin olerse, sin saberse ni beberse, sin tocarse, sin contagiarse, sin morirse. Juntos están muertos.

Y ellas, diosas griegas qué más, pudiendo ver tanto, pudiendo sentir todo y persistir muriendo. Veían el espectáculo macabro de la humanidad dormida, como la mansadumbre del apocalipsis, observar el espanto en las miradas, el desastre contenido en sus gestos. Eso es la humanidad para las musas perversas. Reaparecen cada tanto, dejando alguna que otra secuela.

abril 30, 2011

negación de la cosas

Hace días, la tormenta de viento no deja de soplar las cosas. Y ellas se niegan a volarse con él.

La sonoridad del viento entrenzado con las ramas y el follaje tan alto de los acres verdes ocres, sostenidos en el misterio.

A pesar de la violencia del torbellino, los objetos se niegan a sí mismos y no vuelan más. Dejan, a pesar de sí, que el destino misterio de la Historia los lleve hacia otra historia.Y se quedan quietitos, las cosas.

A lo sumo algunas botellas se estrellan y estallan frente al suelo quieto que abre su boca en busca del líquido que pudiere contener.

A penas le basta el asfalto sediento
beber vidrio, o comer polvo.
En estrellas de viento
las hojas,
siempre proclives a volar,
aún claman
negándose las hojas su parte de ser.

Hace días el viento parece quererse llevar las historias, los cuentos, las ficciones. Los restos de ideas que
hayan quedado en el tintero. El sonido de la tormenta intenta esparcirlas por los aires, en un torrente de bellos vuelos aéreos. Los cabellos que también sienten esa condición de pureza del viento, pretenden volar como riña de almohadón. A pesar del viento, el cabello no logra lanzarse a la nada: la cabeza testaruda, los cuelga de sus raíces. Más bien, sus narices.  Entonces  el relato se completa, creyendo que la cabellera puede suponer algo parecido a la nada. Ahí es cuando cae en la cuenta que la cabeza no siente el viento en su frente.


abril 10, 2011

De la muerte, como indicio de existir

Días que suelen ser caóticos y la espera,
todo la necesidad
precisa una foto revelada
en blancos y oscuros, una deidad.

Para revelar un pedazo de vida,
requiere tomar del pico de la botella,
quedar prendido al deseo:
Beber el estigma y prender el sentido,

De la muerte, como indicio de existir.

El miedo y esa libertad
la de volar en la paz sencilla de las cosas.
sobrevivir al aquietado sonido de la aparición

Transformada en una ninfa

De un terreno para el sueño, propicio para sentir.
Onirícos contornos resaltados en plena obscuridad
minucioso perogrullos de palabras tenues, coloreadas de sabor
amargos de alguna cerveza, sensibles en la inquieta inseguridad.




marzo 31, 2011

tan sencillo

El mareo de las letras se escabullen en la oración. No sabemos a dónde es que corren, las letras, estalladas en un pincel. Sin saber bien, escondidas tras el mantel, esa hoja trágicamente blanca.

Siempre, el abismo de la nada, de esa inexistencia
inexpresiva
 innherte
 malavida.

Siempre, el miedo de esa imposibilidad de comenzar. Como un atraso en el envión de vivir. Las letras igual se enfrentan a la nada. Se exponen así, en la tinta que cae, en reversos y contextos diagramando los contornos de nudos densos, inicios destinados y finales intempestivos.

Cuando se estabilizan un poco en el papel, uniformes y sin brillo, estampadas como están, no existen. Sólo persiste la memoria de la locura pasajera, de aquél segundo glorioso, donde la vid atormentada que fluía en un instante de vibración recorría la extensa planicie de la transformación y pegaba hojas tras hoas, nuevos inventos y fascinación.

Luego, todo queda a oscuras. Breve relato y nada más. Un comienzo un nudo y un final. Cómo si fuera gran cosa! Tampoco vale la pena escribirlo.





marzo 21, 2011

un posible encuentro

Sus pies desnudos en una fría noche, algo hambriento y con una sed infernal, con el cuerpo cansado y un faso clavado en la mueca de su labio. Contemplaba un contorno de cuerpos casi indescifrables, vestidos tras las músicas de bajos insondables.

Enseguida una estela de luz, abriéndose paso entre los danzantes y la mecha de luz que pendía del incienso murguero, encendida la bengala.

Allí apareció su rostro, brillando, en un gesto de confusión primero con la luz repentina, cubriéndose los ojos con el resplandor, con la sombra de sus manos. Después sus ojos recibiendo el centro de de luz. Fascinada con el descubrimiento, sólo sonreía perdida en las filas de la procesión.




Su cuerpo se acomoda a la ansiosa mañana, y sus labios presentan la sonrisa luminosa que juega con el fuego de noche,
dócil,
en el contoneo del cuello delgado,
suave
en la brisa y delicada de su piel. Se cubre de sombras y luces con el balance raquítico que baila  de aquí para allá.

Un leve gesto hacia el cielo, y logra observar la luna, radiante para oscuros nostálgicos; descubre con sus ojos ahora abiertos que el cielo está algo más arriba, que no andaba flotando.

Y cuando regresa, de prepo, a esta tierra coronada por el baile linfático, cruza su mirada con la de aquel.

Que había quedado allí, prendido de un cuello desnudo y seductor.


marzo 13, 2011

destierro

Por accidente o por error, un cuaderno se hallaba en la tierna sábana imantada con sexo de telenovela dominical. El cuaderno de tapas rojas y textura felpa recorría un destino indescifrable, al borde del colchón, en el abismo del desconcierto. Sus tapas endurecidas, dejaban ver en caótica tertulia, hojas y hojas saliendo del cuaderno, tímidas primero, impulsivas y salvajes después.
Sueños contados y novelas mentidas comenzaban a caminar solitarias, por fuera de los márgenes del encuadernador.
Silentes e invisibles las hojas comenzaban a tejerse unas con otras, con los pies en los ojos,  escondiéndose en  recovecos y camas corroídas. Relatos de historias nuevas y futuras, encontrándose sueños dormidos y deseos mal contados; papeles de princesas y verdugos sentimientos se entrelazan como juego primero, liberación después.
Se resbalan de sus escondites, las hojas liberadas de autocrátic régimen de escritor. Caminan y se encuentran novas estrellas y dioses de ciencia ficción, se maravillan con el invento y andan sin pies ni cabeza. Sólo encontrándose cuando el viento los decide juntar.

marzo 09, 2011

Reflejos de verano

como adivinando el paso,
y la mente dejara de prevenir,
el cielo plano y las estrellas en el suelo.

tratando de sostenerse
se pasean las melodías
rondando el sueño

juega el destino,
encontrándose de golpe
dos infrecuentes artistas: solitario final

La luna riñe,
por encontrar su musa.
Pálido terciopelo, la sinfonía encontrada
a orillas del balcón.

Deleite subatómico,
los globos rojos y la eutanasia
parpadea las palabras,
desconociendo su sentido.

Late en sus dedos, el microcosmos de su piel,
planetas distantes, como meteoritos quemando
la ansiedad de su encuentro.

Un teléfono deja de sonar, y el silencio
comienza a encender
las cenizas pretéritas de amores quemados

Trizas de papeles encendidos caen por el balcón desnudo,
como motín de trasnochados
rechazan el tiempo, el proceso y la condena.




marzo 08, 2011

lo dijo todo

el armazón gigantesco que sostiene la efímera angustia del alma. h.miller.

marzo 05, 2011

Viento y tormento

entre los edificios quietos
del cemento frío y emociones
trémulas

Arremolina el viento

El viento sediente de historias

emprolija su paso mientras
un secreto de hojas y ramas
cantan sus mentiras

las heridas maquilladas,
las entierra en el polvo
que susurra.

Tormenta que silencia
el vacío en el pecho
toma aliento de nuevo
y dispara vioencias
de terremotos, mares y montañas.

Viento, de dónde venís?
Bailando entre tempestades
Cuánta pureza guarda
tu sinceridad.
Cuánta pureza precisa,
toda tu suciedad
Cuánta ternura guarda
tu fuerza trastornada.

Que diga el tormento,
si el viento sin su lluvia
toma de los piel al mundo
como malabares
con sus sueños.

Fuerza invisible
que se oye canturrear
se viste de polvo
para ver sus contornos

Estampa en la cara
que cachetea miedos.
Disuelve
en gritos
el aliento asesino.

La noche cubierta,
de bostezos de vientos
anuncia
una tragedia,

lengua de huracán
y tifón de ciudad,
se recuestan tranquilos
esperando el desenlace final.


febrero 27, 2011

Escenografía

1. 1. Para el espejo sólo sombras, para los cuerpos; texturas adivinadas. La punzada del hartazgo le ataca antes que la secuencia proceda.

2. El cisma y la herida profunda en el oblicuo derecho del cuello, lo alerta. Señales que no desaparecen con el beso que sus labios apenas responden.

3. La respiración se agita con un viento más violento, que ingresa intempestivo, como la mano que siente, desaborchando el pantalón.

El frío del trémulo ventoso se mezcla con la fiebre que arrecia. Y la calidez del cuerpo hirviendo a penas puede gemir su hedor.

Su cuello ardiendo se suaviza con saliva de aquel beso pasajero. Con el viento, la humedad se enfría y el calor desaparece -con la piel de pollo- por un instante. Empujado por el cuerpo que lo presiona, con dedos gentiles, su cuerpo yace en el piso. Ahora la dureza del tablado le acaricia y su cintura se ciñe plácida en el recoveco que le dejar entrar.

Pequeño pájaro nocturno se cuela en el espacio aún vació entre sus escondites, en esa habitación a oscuras, pagada con hastío. Con él , un rumor de una radio nostalgiosa ingresa, inocente, por la ventana y una combinación tanguera estalla en la carne abierta.

Toda la escena resuelta con luz de luna, luna de febrero, con una mordaz cámara planetaria, límite de su existencia.

febrero 14, 2011

inanimados

Los objetos inanimados rebosan de existencia, y a cada paso, un cepillo, un escarbadientes, un envase o un semáforo le muestran los dientes al tiempo y rasgan la hilachada memoria con furia animal.

Descansan, tranquilos en un silencio de escombros intactos, de pilares enfundados en alquimias y magias, e ilustres bondadosos. Todos ellos apilados en especias, en aromas, en cultivos, en refranes, en historias. Todas inacabadas, inanimadas sus vidas, inventadas por otros.

Lo que poseen los objetos, claro, es el contorno de lo vivido. Y en su mezcla insana, los objetos callan, silenciados por la memoria oculta que traspasa sus poros. Son los hombres y las mujeres, deseosos de mentiras, quienes se atreven a espiar su mudez, su perfecta y antipática poesía.

Los objetos pululan, inanimados, viviendo percepciones más difusas, uniéndolas, purificándolas, reconociendo que en ellos, las vidas, se atraviesan como un protoplasma, un centauro o una gacela.

La piedra, fiel a su estilo, transpira sueños, esperanzas, visiones. La pórfica masa pierde su pérfida contextura. El peso se disuelve en los aires de un desvelo. Velo que ciega la mirada humana a su existencia futura. La de dejar de existir. Las piedras se levantarán un día, los objetos hablarán y con saña de inmortales escupirán sus verdades. Los inanimados dejarán de existir, pasarán a formar parte del mundo de los hombres



febrero 12, 2011

monocromático

Cicatriz como forma de escritura. Como coagulo de herida abierta y autosanación. Como no. Es.

Perfume de sangre seca y la textura de la cascarita en las yemas del dolor. La profundidad del corte. La sutura y el surco que atraviesa la birome.

El corazón sangrando por la garganta, la respiración detenida por un quejido. La cabeza estallando y el cuello en un sólo dolor. Fiebre de ayer que se repite una, y otra, y otra vez.

Los labios rojos bien abiertos, como la sangre surcando el cañaveral. La fiebre rebrota en la pupila del espejo, pintada de oscuro por la sombra de una vela trémula ella.

La tormenta tormento fatiga la gesta de un cuento al azar. La voz ronca de whisky y una cueva de menta en su boca. Todo pintado de un sólo color.

febrero 08, 2011

traducciones

The woods are lovely, dark and deep.
But I have promises to keep,
And miles to go before I sleep,
And miles to go before I sleep.
robert frost




Yo, el bosque hondo y fusco veo risueño...
Mas, en cumplir promesas tengo empeño,
y millas debo andar antes del sueño,
un largo andar para llegar al sueño.

jorge luis borges

enero 13, 2011

tambor

Tienen la corazonada
del alquimista negro,
tienen el filo de la música
en la punta de sus dedos.

La afiebrada melodía
rumbea para siempre aquí,
con el llanto en los ojos
suena el cuero
 así nomás

vibrando las cuerdas del tinto
con su suave son,
la garganta pelada de tanto gemir
transforma el recato
y las ganas de dormir

enero 11, 2011

un favor

Puede
que
te hagas un favor

que te caves una buena escalera
bien profundo, para subir al cielo
si podés.
Sacate sí, un ticket para estar
algún tren que te lleve por el mar


el resto llevalo,
te diría: sones o canciones
para inundarlas
en  alcohol.

Vomitales tus palabras, sedientas de barro
y por fin,
prendelas fuego.
Con mil chispas,
encenderías tu propia pradera
un fósforo de inteligencia,


que te harías
un gran favor,

Si tan sólo te descalzaras de la tierra
desnuda, y habitaras
en la húmeda planicie
que tiene el olor del mar

comprenderías que el favor
te lo hicieron a vos
porque pudiste desear.

enero 07, 2011

final de un cuento

rendido a los pies del teclado se reclina solemne en reverencia formal. El sonido medido al principio, rispido y contagioso al final, reproduce el son del dactilar escritor. Forrajes de tinta azul inundan senderos, puentes levadizos y cruces de bosques secretos.
cuento de hadas, la escritura, acompaña deseos, sueños o aventuras, enanos, princesas, ogros y reyes son el centro nudo y desarrollo, cítaras sonajeros y sirenas rellenan el final buscado siempre. El final de un cuento.

los sueños que nos sueñan

La memoria tiene una tolerancia a lo aberrante
que sólo el sentido
del absurdo
logra desterrar

el perfume de una lluvia sinuosa
perfilando los bordes
del día
y la ternura
escondida

Colores y primavera que encierran
traducciones de canciones en mi garganta
y voces
en el cordón de la esquina

múltiples estrategias
que se dan los sueños
para soñarnos

enero 06, 2011

heroes, escritos y vientos



héroes que lo tienen todo,
aunque siempre
pierden algo,
y cuando sucede
cansados y agotados
dejan de buscarlo

escritos pecados
que crecen  y se escriben
en hojas y hojas de
manuscritos que se tiran
se rasgan y tachan
una y otra y otra
y otra vez.

vientos, que son palabras
que se cruzan con pensamientos
que son imágenes derramadas en un papel

Archivo del Blog

Seguidores

Nadie cuenta