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febrero 27, 2011

Escenografía

1. 1. Para el espejo sólo sombras, para los cuerpos; texturas adivinadas. La punzada del hartazgo le ataca antes que la secuencia proceda.

2. El cisma y la herida profunda en el oblicuo derecho del cuello, lo alerta. Señales que no desaparecen con el beso que sus labios apenas responden.

3. La respiración se agita con un viento más violento, que ingresa intempestivo, como la mano que siente, desaborchando el pantalón.

El frío del trémulo ventoso se mezcla con la fiebre que arrecia. Y la calidez del cuerpo hirviendo a penas puede gemir su hedor.

Su cuello ardiendo se suaviza con saliva de aquel beso pasajero. Con el viento, la humedad se enfría y el calor desaparece -con la piel de pollo- por un instante. Empujado por el cuerpo que lo presiona, con dedos gentiles, su cuerpo yace en el piso. Ahora la dureza del tablado le acaricia y su cintura se ciñe plácida en el recoveco que le dejar entrar.

Pequeño pájaro nocturno se cuela en el espacio aún vació entre sus escondites, en esa habitación a oscuras, pagada con hastío. Con él , un rumor de una radio nostalgiosa ingresa, inocente, por la ventana y una combinación tanguera estalla en la carne abierta.

Toda la escena resuelta con luz de luna, luna de febrero, con una mordaz cámara planetaria, límite de su existencia.

febrero 14, 2011

inanimados

Los objetos inanimados rebosan de existencia, y a cada paso, un cepillo, un escarbadientes, un envase o un semáforo le muestran los dientes al tiempo y rasgan la hilachada memoria con furia animal.

Descansan, tranquilos en un silencio de escombros intactos, de pilares enfundados en alquimias y magias, e ilustres bondadosos. Todos ellos apilados en especias, en aromas, en cultivos, en refranes, en historias. Todas inacabadas, inanimadas sus vidas, inventadas por otros.

Lo que poseen los objetos, claro, es el contorno de lo vivido. Y en su mezcla insana, los objetos callan, silenciados por la memoria oculta que traspasa sus poros. Son los hombres y las mujeres, deseosos de mentiras, quienes se atreven a espiar su mudez, su perfecta y antipática poesía.

Los objetos pululan, inanimados, viviendo percepciones más difusas, uniéndolas, purificándolas, reconociendo que en ellos, las vidas, se atraviesan como un protoplasma, un centauro o una gacela.

La piedra, fiel a su estilo, transpira sueños, esperanzas, visiones. La pórfica masa pierde su pérfida contextura. El peso se disuelve en los aires de un desvelo. Velo que ciega la mirada humana a su existencia futura. La de dejar de existir. Las piedras se levantarán un día, los objetos hablarán y con saña de inmortales escupirán sus verdades. Los inanimados dejarán de existir, pasarán a formar parte del mundo de los hombres



febrero 12, 2011

monocromático

Cicatriz como forma de escritura. Como coagulo de herida abierta y autosanación. Como no. Es.

Perfume de sangre seca y la textura de la cascarita en las yemas del dolor. La profundidad del corte. La sutura y el surco que atraviesa la birome.

El corazón sangrando por la garganta, la respiración detenida por un quejido. La cabeza estallando y el cuello en un sólo dolor. Fiebre de ayer que se repite una, y otra, y otra vez.

Los labios rojos bien abiertos, como la sangre surcando el cañaveral. La fiebre rebrota en la pupila del espejo, pintada de oscuro por la sombra de una vela trémula ella.

La tormenta tormento fatiga la gesta de un cuento al azar. La voz ronca de whisky y una cueva de menta en su boca. Todo pintado de un sólo color.

febrero 08, 2011

traducciones

The woods are lovely, dark and deep.
But I have promises to keep,
And miles to go before I sleep,
And miles to go before I sleep.
robert frost




Yo, el bosque hondo y fusco veo risueño...
Mas, en cumplir promesas tengo empeño,
y millas debo andar antes del sueño,
un largo andar para llegar al sueño.

jorge luis borges

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