La piel seca
los labios ociosos
y las esquirlas escondidas
en el fondo de la carne
Ese otro parado
en la esquina de aquel solar
inunda de piringundines
las vetas marcadas de ciudad
Las pistas del camino
andan rodando
nacido del destino y la nada
Caminos que no llegan
con salidas y callejones
desaparecen
en encerronas de cachivaches
Hundido en un rollo de papel
las voces
y los dientes
se aprietan con perfumes
de esos ojos bien cerrados
y el papel de vacío blanco
intenta escribirse navegando en un mar de espasmos,
Y el cuerpo comienza a emerger
del aire que lo riega,
de la sorpresa de crecer
de flotar sin cuerdas
sin paracaídas dormir
y soñar sin metáfora
ni comparación
No te bastan las muelas
y las uñas
para resquebrajar el sentido
destino que crecer en la nada
la vida que falta
la sensación que adormece
el aire que todavía falta
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