La muerte y la tragedia de quienes han amado y buscan sin sentido un escape, una fórmula. Quizá un "tal vez", como bálsamo, pero sin duda nunca una solución.
La vivencia angustiosa de ese periplo nos lleva a la certeza física de de tanta desdicha, de tanto corazón herido.
Un retorno a uno mismo y por fin, quizá, a aquella persona que llenaba nuestros sueños, que deambulaba nuestros días en sus fansamagóricas apariciones y simplemente acaso fuera una noche final, una noche escondida en los destellos del destino, una noche donde todo perdió su rumbo en un incendio imposible.
El fuego, que lo abraza todo en la terrible angustia de amar sin razón. Entender de pronto, que en las llamas de la desesperanza , en la ceguera de nuestra existencia, se encuentra, ahí mismo, esa fogata que todo lo devora y surge la redención, nuestra posible humanidad.
Quizás en las cenizas de aquel acto pagano,el último acto, nuestro último sacrificio, para el llanto infinito de la muerte de un amor.
Notas finales para "Sobre héroes y tumbas" de Ernesto Sábato.
Un mundo inventado, un autor desconocido. Un tiempo ficcional. Un murmullo irreal. Nada es real, nadie es inventado
*

agosto 14, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Archivo del Blog
-
►
2011
(34)
- ► septiembre (4)
-
►
2010
(53)
- ► septiembre (9)
-
►
2009
(20)
- ► septiembre (1)
-
►
2008
(23)
- ► septiembre (1)
-
▼
2007
(28)
- ► septiembre (2)
-
►
2006
(64)
- ► septiembre (6)
3 comentarios:
El fuego, que lo abraza todo en la terrible angustia de amar sin razón.
nada mas
Fuego somos. Quemamos y ardemos.
Mal parido el amor si nos lleva a querer extinguirnos...
Wow, es mi libro preferido, el que me enseñó lo que es lo extraño del amor, pero que sigue siendo amor al fin...
Leerlo siempre me provoca esa nostalgia inexplicable.
Besos, gracias por citarlo!
Publicar un comentario