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julio 02, 2008

invierno

De pronto la nostalgia. Así, de sopetón y sin aviso. Sin angustias, sin extrañamiento, simplemente está, se presenta.
Quizá tuve un destello al sentir los pies desnudos, cálidos, en esta noche gélida. Pudo haber sido muy bien el ruidito del fluir del avión allá lejos y a la distancia. O el click espacioso del televisor apagándose. Pude haberlo intuído, no lo sé. Algo que se moviía por dentro, despacito, sin decir palabra, sin siquiera meditarlo, allí estaba inmerso en la nostalgia.

El silencio lo ocupó todo. el viento tras las rendijas de mi ventana, mi cuerpo movilizado por mil ráfagas de un huracán que comenzaba en la garganta y se anudaba con moñito y todo, en el centro de mi estómago. El tiempo que comienza a tener otra dimensión, todo comienza a morigerarse, ahora! justo ahora que quiero que se vaya volando, que necesito que se pase como un formula 1... no respeta velocidades, es lenta, silenciosa y muy cortante, la nostalgia se queda pa´quedarse. Es densa, lo cubre todo, por la ventana, ahí están los árboles pelados que adivino en esta negrura, divinos y de mil colores muertos de pronto en la noche. El invierno, la soledad y el gamulán por dentro.
Ahí está la nostalgia, en la ventana, en la quietud de este mudo acontecer. Todo allá fuera es caótico y ensordecedor, eso me vuelve como un bumerang y ese griterío, esa incomprensión se vuelven sobre la ventana, para acallarlos, para tomarlos todos en el vacío más angustiante. Grito. Es que ya nadie escucha. Estoy solo. Y sin embargo grito.
Aquí hay solo silencio. escucho mi respiración, mi mano contra el borde de la hoja. De nuevo el gemido de las hojas en esa ventana.
Un suspiro contenido, habrá que comprarle burletes al corazón, que tirita de frío, y con razón. Brota la nostalgia y contagia. Esta hoja, esta tinta suelta, la mirada, las paredes, que escupen nostalgia y desolación! como se les pega, si hasta las flores se marchitan en el balcón.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

se me puso la piel de gallina ( no solo por el frio sino por tu excelente descripción)

coincido. creo que el invierno es angustia, se siente todo mas lejano y nos invade la nostalgia. el silencio, la desolación, la tranquilidad... se respiran en cada rincon.

pero veamos el lado positivo, el que esta en pareja disfruta mas que nunca ese abrazo eterno...


saludos

Anónimo dijo...

Yo no sé dónde estarás físicamente, ni cuánto frio hacía en Baires el 2 de julio cuando escribiste este post, pero hoy 17 de julio hizo veintipico de grados, más que una veranito!
Saludos.

Anónimo dijo...

Aquí hay solo silencio...

nadie dijo...

ya vengo ya vengo

acomodese tranquila. como en su casa

Anónimo dijo...

Ya estoy acomodadísima…

en primera fila y con pochoclos


como si estuviera en casa…


esperándolo... jaja

lo bueno se hace esperar... ( no se me agrande eh!! sobre todo la humildad...)

besos

nadie dijo...

me voy a tener que apurar, no sea cosa, q se me vaya y no me convide un poco de los pochoclos
:)

Anónimo dijo...

Ansiosa = me comí todos los pochoclos

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