Y el arte de escribir, de sentir el sentido de las palabras. No tanto lo que dice, sino cómo lo dice, cómo indaga en esa majestuosa forma de decir. Y como un vino, sentirlo en la lengua, en los poros, cargarlo de sentido, oxigenar el contenido y tragarlo.
Las palabras que flotan, incordiosas por el sonido del mundo, están ahí, plácidas y enceguecidas.
Inventando palabras que nadie dice, que se leen en un museo absurdo, quietitas, sin quererlo. Ahogadas en un territorio hostil, lleno de buenas intenciones y sonrisas falsas.
Inventando palabras que nadie dice, que se leen en un museo absurdo, quietitas, sin quererlo. Ahogadas en un territorio hostil, lleno de buenas intenciones y sonrisas falsas.
Esas palabras que brotan, como sombras, alargando su penumbra, llena de destellos, de colores y bordados de mil imágenes.
4 comentarios:
De repente, vi todo en sepia.
Buenas palabras valen mucho… como un buen vino, una buena obra o una buena imagen… asiq q mejor que fluyan y no q queden mudas o estáticas…
quien?
y yo que seé quién????
es una pregunta que siempre me perturba...
quien? quien? ... como si hubiese alguien que no sea hablado por los demás!!!
saludos frik
Warry
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