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julio 08, 2009

Una imágen, llena de sonidos. Un lapiz, lleno de ideas. Un pincel, cargado de olores. Y todo lo demás, roto, en los sueños perdidos una noche de bueyes perdidos y whisky añejo.

Y el arte de escribir, de sentir el sentido de las palabras. No tanto lo que dice, sino cómo lo dice, cómo indaga en esa majestuosa forma de decir. Y como un vino, sentirlo en la lengua, en los poros, cargarlo de sentido, oxigenar el contenido y tragarlo.

Las palabras que flotan, incordiosas por el sonido del mundo, están ahí, plácidas y enceguecidas.

Inventando palabras que nadie dice, que se leen en un museo absurdo, quietitas, sin quererlo. Ahogadas en un territorio hostil, lleno de buenas intenciones y sonrisas falsas.

Esas palabras que brotan, como sombras, alargando su penumbra, llena de destellos, de colores y bordados de mil imágenes.

4 comentarios:

Cel dijo...

De repente, vi todo en sepia.

gaLa dijo...

Buenas palabras valen mucho… como un buen vino, una buena obra o una buena imagen… asiq q mejor que fluyan y no q queden mudas o estáticas…

Carlos Lucero dijo...

quien?

Anónimo dijo...

y yo que seé quién????
es una pregunta que siempre me perturba...
quien? quien? ... como si hubiese alguien que no sea hablado por los demás!!!

saludos frik

Warry

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