*

*

febrero 27, 2011

Escenografía

1. 1. Para el espejo sólo sombras, para los cuerpos; texturas adivinadas. La punzada del hartazgo le ataca antes que la secuencia proceda.

2. El cisma y la herida profunda en el oblicuo derecho del cuello, lo alerta. Señales que no desaparecen con el beso que sus labios apenas responden.

3. La respiración se agita con un viento más violento, que ingresa intempestivo, como la mano que siente, desaborchando el pantalón.

El frío del trémulo ventoso se mezcla con la fiebre que arrecia. Y la calidez del cuerpo hirviendo a penas puede gemir su hedor.

Su cuello ardiendo se suaviza con saliva de aquel beso pasajero. Con el viento, la humedad se enfría y el calor desaparece -con la piel de pollo- por un instante. Empujado por el cuerpo que lo presiona, con dedos gentiles, su cuerpo yace en el piso. Ahora la dureza del tablado le acaricia y su cintura se ciñe plácida en el recoveco que le dejar entrar.

Pequeño pájaro nocturno se cuela en el espacio aún vació entre sus escondites, en esa habitación a oscuras, pagada con hastío. Con él , un rumor de una radio nostalgiosa ingresa, inocente, por la ventana y una combinación tanguera estalla en la carne abierta.

Toda la escena resuelta con luz de luna, luna de febrero, con una mordaz cámara planetaria, límite de su existencia.

No hay comentarios.:

Seguidores

Nadie cuenta