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marzo 18, 2007

no surprises, please

tenía ganas de chocar. Apretar el acelerador, que llegara a mil revoluciones por segundo, sentir el calor del motor debajo de mis pies, escuchar el regurgitar ahogado del motor a su máxima velocidad, sentir en mis pies, el ardor del paso final del acelerador, empujado con la fuerzas de todos mis musculos.
Hundir mis uás en la goma dura del volante, apretar los dientes hasta romperlos, acercar el rostro contra el parabrisas, escuchar mi corazón atravezando mi garganta, la sangre descontrolada en mi cabeza y por fin la adrenalina final, sudada y vomitada en todo mi asiento, a lo largo de toda la secuencia, hasta el estallido final.
Un último grito, que sería tu nombre, y en vos, toda la mierda y toda la escoria del mundo, de mi desconfianza y de la tuya, de mis celos y los tuyos, de mi desconrazonado sentir, y de mi desconfianza galopante, de los puñales a traición, de las llamadas indebidas, de los cuerpos malvenidos. Un grito y nada más.
Un poste eligiría, hundir la máquina infernal en un estaño frío como tu corazón y doblar en dos, la maquina y mi cuerpo vomitar las entañas y escupir la bronca de aquel día. Agotar mis pensamientos esparcidos en la masa ensefálica que yacería en el asfalto silencioso de alguna madrugada de domingo.

Sigo caminando, apago el motor y me quedo en silencio, frente a la soledad de una noche fría de domingo.

Es domingo.

1 comentario:

Ella dijo...

Hay un libro. Se lo presto cuando ud quiera. Es de teatro. Hay una obra muy impactante y muy hermosa, se llama 4.48 Psicosis. Su autora, Sarah Kane, se suicido 2 años después de haber escrito esa obra. Hay algo en esos textos que me recuerdan a los Suyos. 4:48 es la hora promedio en que las personas se suicidan, y casualmente en domingo. ¿No es ....extraño?
Llame hombre, quiero escuchar su voz en mi teléfono. Los días sin computadora en el despacho son eternos.

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