*

*

marzo 15, 2007

seguridad de los objetos

caía su cabeza en el asiento trasero de algún vehículo extraño, su mirada distante, pertenecía a otro mundo, pero se sentía en éste, en el de las realidad efímeras. La noche se sucedía en un interminable ir y venir de estrellas en un cielo atiborrado de pequeñas luces infinitas. El cuerpo inerte, pesado y simbiótico con la vida que estaba allí afuera, le volvía las fuerzas de una mente descuartizada en mil pensamientos...
en sus oídos, apenas perceptible una música, una sintonía que lograba equilibrar parte de ese misterioso viaje a las profundidades de sus pensamientos.
De pronto la música cobró,por arte de magia, una especie de preponderancia sobre el resto de los elementos allí dispuestos. La melodía lo empapó, de pies a cabeza, todo su cuerpo y su mente, sus sentidos y su aliento estaban dedidcados a aquella bella sinfonía que si al principio había podido distinguir con letra y música, ahora ya le era imposible verificarlo, si es que acaso había cambiado la canción, si es que se había vuelto extrañamente conocida en su interior.

La musicalidad había ingresado en su organismo, y el momento fue mágico... de pronto dejó de ver, como miraba, y su cuerpo comenzó en una especie de epifanía que lo tenía comprometido en todo su ser, su mirada perdida ahora nuevamente no lograba ver estrellas ni luz alguna, era una sucesiones de lineas rectas en paralelos perfectos, multiplicadas al infinito, las que se movían al compas inquieto de las notas del artista. Aquello era maravilloso, lograban bailar, y todo conducía a un punto esencial, las rectas que se paralelizaban sin sentido, iban conformando una linea universal, que lo contenía todo.
Lograba abrir sus ojos, intentaba observar lo que tenía a su paso, pero era insuficiente, las formas no se distinguían de la música, todo poseía en ese momento, un cuerpo musical perfecto. Todo a su paso tenía esa conformación y ya era imposible escaparle.

De pronto entendió todo, el uno universal, la expresión completa de toda la verdad y la mentira en la vida humana, fueron entendidas en sus letras musicales, todo fue revelado y por más que quiso, nunca pudo revertir esa mirada, esa visión de todos los tiempos.

No hay comentarios.:

Archivo del Blog

Seguidores

Nadie cuenta