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octubre 01, 2007

Quisiera exorcisarlo, sacárlo de adentro, extirpar lo que aún queda y por fin liberarme de ese peso sin pausa, sin contemplaciones. Sentirlo fuera de mi, de mi pecho caliente, de mis venas dilatadas, de mis pensamientos regurgitando. Sueños permanentes lo preanuncian, los signos en todas partes conminan el momento cúlmine; y así todo, no logro comprender en qué forma, en qué medida el instante, acaso fugaz, acaso único e irrepetible podrá instaurar en mí, aquellas palabras sencillas, aterciopeladas que caerán como un elixir en mi denigrada garganta, atravesará los ríos de vodka y el humus de aquel desconcierto florecerá por fin en un todo esplendoroso de armonía y pasión desmesurada.

Retomo aquel impulso y no leer lo vertido, quisiera no correegir ni una sola de las palabras, proceder tan sólo a la mera publicación banal de lo estallado sobe las yemas. Sin embargo, el miedo, la razón tiñen el destino final de la producción. De pronto se iluminan ante mi: dedos, venas espeluznantemente maltrechas, yagas y arrugas delatan que no es un sueño, menos aún un dios y , ay! ingrato, manos de hombre, que siento, pero desconozco. No veo, no quiero mirar porque en la urgencia dicta mis acciones más violentas, mis peligros y los riesgos más vertiginosos. Al mismo aquel que no reconozco, frunce el seño, las imágenes se bifurcan y aquel que escribe, lo reprueba y no registra mis movimientos, gruñe, no entiende, no capta la sencillez del instante, la musa dicen los ilusos y así han pasado la vida, sin entender aquel fuego que lo lame como una lengua seca y rugosa, las extremidades deliciosas del íntegro lector.

Sigo esperando, que caigan, que adolezcan de una fuerza final y las palabras puedan decirme hacia donde ir, cuál camino del destino, pero inquieto pasadizo se hace esperar...y esperando uno escribe, cualquier porquería que uno puede imaginar.

2 comentarios:

mi otro yo dijo...

La fuerza que tiene tu escrito al decirse asi,al tener esa forma me hace sentir parecido. Me agradable haber llegado a leer este post.

Saludos

Paterna dijo...

Lo que uno puede imaginar no tiene límite, aunque al expresarlo en palabras atente contra esa infinidad.

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