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febrero 22, 2006

la felicidad del tormento

¿A quién pensás que mirás con esa mirada irónica? ¿A quién pretendés engañar con tu media sonrisa? Si ya sabemos de donde venís y lo peor, a dónde intentás llegar. Tu elocuencia de gustos desaforados sólo indica, una vez más, cuán conciente es tu mentira y cuán enferma tu verdad.

Tus gritos sin embargo, no callan nuestras verdades. Tus escribas nos niegan y tus bufones interpretan satíricos espectáculos, del cual sólo vos y tu cohorte saben reír. Una risa de sordos y cerdos regondeándose por la pulcritud de tu sucio excremento.

Nosotros sin embargo, no somos ni ciegos , ni sordos, ni siquiera mudos...pero sobre todas las cosas, no somos estúpidos. Conocemos tu camino, la meta ya la hemos transitado, porque no sos el primero que quiere interpetar el juego ni el único que nos quiere conducir, por ese estrecho precipicio.

Y en nuestro odio, de tu mueca repugnante, de la desidia permanente de tus atropellos y ante tu ignota imagen de pacificador... nosotros, ¿sabés? Nos reímos. En una risa que no es la tuya, no, no, no; risa que jamás entenderías. Risa que proviene de tan abajo que le hace cosquillas a nuestra tierra. La risa más antigua de todas, la más arcaica. Es la risa de nuestra lucha, nuestra, de todos los que han sabido continuarla en otros tiempos y que se perpetúan en todos estos corazones que hoy laten, a duras penas, junto a mi.

Y cuánto más reís, escupiendo muerte, te lamentás. Sí, sin saberlo preparás los lamentos que pronto no tardaremos en oír.

Allí a tus pies, en lo más oscuro de aquel recoveco que permanentemente quisieras ocultar, estamos preparando una fiesta. La que nadie podrá olvidar, porque se vivirá por los años venideros. Una risa surgida de la más tremenda desolación, de lo más hondo del dolor. Y pronto lo transformamos. Convertimos la lágrima en risa, la miseria en danza y las patas sucias en festines interminables, de aquel alimento que siempre nos ha sido negado...
¿Lo sentís? ¿Podés verla habitación antes oscura? Podes tocarla? No ves tus pies?

Ya están ardiendo en el fuego de la victoria.

6 comentarios:

nadie dijo...

a veces me pregunto, cuántos en estos tiempos, leerian csas tan interminables de gente altamente extravagente, y de todas formas, profundamente extraña.

p.d. alvarez dijo...

que manera más extraña de comenzar la mañana.

gótica, podríamos decir.

pero muy buena.

Lupus dijo...

Aquellos que no llegan hasta el final, no saben lo que se pierden.

Ruth dijo...

¿Tan interminables? A mí me pareció breve. Y creo que, a veces, las medias sonrisas esconden un infinito fondo de amargura, y no de cinismo. Le agradezco la esperanza, pero por ahora paso.

nadie dijo...

tacho, por lo que parece siempre hablando de mas ud.

p.d. alvarez, por las mañanas es preferible no conectarse a internet...y al mundo a veces tampoco.

lupus. el final es siempre aburrido por ser final.

minerva. como siempre es logico verlo desde las opticas dispares. hoy lo q se ve en la net es bastante escueto para la mirada del que mas. a veces, querida minerva, el cinismo y la amargura tienen muchos puntos comunes. Y por supuesto, esto no intentaba ser una epopeya de la esperanza ni mucho menos. pero en fin. las opticas dispares, como he dicho, siempre han de estar

Ruth dijo...

No intentaba ser una epopeya de la esperanza, ¿pero usted cree que no lo es? Y mucho. Ojo, a mí me gusta leerlo en palabras de otros, a veces hasta intento contagiarme. No piense que es tan fácil ser una escéptica, cuando intenta pulir el lente de su óptica para poder ver más cerca y sólo se es capaz de abarcar una generalidad desesperanzadora.
Bueno, ni siquiera sé explicarme. Espero que se haya comprendido.

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