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septiembre 04, 2006

En un acto

No contemplo la idea de un final. Cuesta pensar que un buen día el telón terminará bajando, ante la mirada atónita del público expectante. Es interesante, como en una tragedia isabelina, el final se avisora ya, desde el comienzo mismo y sin embargo, seguimos viéndola en toda su elaboración, su trama peligrosamente filosa, al borde de la conmoción. Y entonces sí, de pronto el final. Sus muertos desparramados en el escenario y un sobreviviente que se empeña en no acatar la orden del destino, de lo que ya, como decíamos, estaba pactado desde el comienzo.

"Y nadie pretende terminar lo que aún no ha comenzado". Ahí esta la clave. La respuesta a esta, la gran tragedia moderna. La vida misma. Prehistoria digamos, que sabemos en algún punto, en algún instante, comenzará y allí sí, comenzará realmente el drama, la angustia de conocer su final. Pero entonces es mucho peor, sufrimos lo que aún no comienza.

Sería interesante si ese telón, telón de fondo que se niega a desaparecer ante nuestras vidas mortales, si ese telón, decíamos, pudiera caer ahora mismo, en este instante que se escriben estas lineas. Que se terminara como un relámpago que dejara de pronto todo lo dicho hasta el momento en puntos suspensivos, como si en realidad, nunca se hubiese escrito nada...como si nunca hubiese existido. "Como si": he ahí la base de nuestra tragedia, de nuestra teatralidad enmarañada de la modernidad.

Entonces aún cayendo el telón, las máscaras seguirían en el escenario, las máscaras de esos muertos que yacen en el final de la obra, pero que en ésta, se encuentran de pie, intentando una actuación que ya no tiene sentido... sin razón.

y el telón, sabíamos (a pesar de nuestros mecanismos torpes de suspenso y misterio para hacer creer, hacer "como si" pudiera terminarse en medio del relato) cae justo justo en el final, allí donde no hay más palabras que la pura facticidad de la muerte y un sobreviviente.

Un sobreviviente que sólo sigue mostrando el estúpido intento del hombre por vencer la muerte, que está allí, ante la mirada del público, indiferente, letal, finalisimo final que algunos se niegan a ver.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

creia que no habia teatro sin obra.

y ahi vuelve, no puede temrinarse lo que nunca ha comenzado.

nadie dijo...

ja! te diste cuentA! pense q ya no venias.

Muñeca dijo...

Hay algo que me angustia y es el hecho de saber cómo son las cosas y no poder cambiarlas. La impotencia es algo que me impotencia en cierta forma paradójica.
Vos hablas de la ragedia isabelina, yo me acordaba de cuando leía la Ilíada... pero algo me llevó a seguirla leyendo a pesar de ya saber quién iba a ganar, de saber cuál iba a ser el final.
Lo bueno con una obra, y con la vida, no sé. Vos sabes la "moraleja".
La obra es para cada uno, nadie la mira. Prestá atención, vas a ver que a nadie le importa como actues. Porque cuando estamos con alguien importante no tenemos que actuar nada. somos.

Me excedí. Saludos!

Anónimo dijo...

me di cuenta de que?

yo tambien pense que ya no venia.. pero una cosa llevo a la otra... y me di cuenta que no habias cerrado el telon de tu web.

nadie dijo...

el hecho de no poder cambiarlas es justamente el pensamiento tragico. La idea del heroe, del quijote, que sabe que el destino prefigura una cuestion, pero es "deber" del sujeto, la acción, la posibilidad de cambiar lo dado, aunque sea tarea imposible. Ahi esta el dilema, la gran carga del hombre, su angustia.

nat. de la frase en italicas, fijate que es casi casi textual. sos aunque parezca mentira, una musa dificil de esquivar.

nadie dijo...

bueh, sofi, el primer parrafo era una "rta" a vos. en fin. esto del ida y vuelta tiene sus dimes y diretes!

nadie dijo...

bueh, sofi, el primer parrafo era una "rta" a vos. en fin. esto del ida y vuelta tiene sus dimes y diretes!

Ruth dijo...

Este es un blog sólo para chicas sensibles... creo que deberé juntar mis cosas y retirarme discretamente.
Le dejo un beso y no cierre el telón, aunque no tenga frases inteligentes para decirle seguiré leyendo.

D... dijo...

Claro... eso de negarse a ver los finales, aunque sepamos que son inevitables... y entonces telones que caen, música que termina, estrellas que se apagan... y sin embargo, como lo dijiste tan bien...energía que por mas finalizada que esté sigue presente, al menos en escasas vibraciones...

Anónimo dijo...

porque es casi textual me di cuenta. y porque lo que tiene que ver conmigo o con lo que pienso me llama la atencion, y me convoca. casi siempre.


que raro ser musa fantasma.

nadie dijo...

mierva,no hace falta frases rimbombantes, pero tbn sabe que no bastan los pedidos para hacer algo que cae d maduro a estas instancias. ya veremos, el histerico se hace rogar vio!

d...todos nos tapamos los ojos, al ver una de terror no?

nat. lo de musa es cosa mia, ud no tiene q hacerse cargo de nada, no se preocupe. pero si, si en parte la convoca es siempre bienvenida!

Anónimo dijo...

no me hago cargo yo.... no no.

Ruth dijo...

HIS-TE-RI-CO. Claro.
:)

Muñeca dijo...

Sigo pensando que ese destino es cosa nuestra. Cada uno sabe hasta cuándo seguir una historia. Está en cada uno creer en el destino o no... según le convenga a usted, qué quiere???

Un abrazo!
Sofia

Sexy Sadie dijo...

Eyy...sòlo saludo y te digo:estàs muy serio! Un saludo querido!

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