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agosto 22, 2008

Viernes 5.38

Asesinos sueltos a la salida de la oficina, un contestador con amenazas, una pesadilla recurrente, y un sin fin de no me acuerdos que estallan en mi vida como recuerdos continuados.

Y sigo siempre sigo, en presente y sin condicionales, caminando en la verja, en la linea delgada, en el punto antes de la coma y así, un etc.(étera). Un texto que se anida en otro, como las capas de la cebolla, pero sin lágrimas, así como un todo enmarañado con un gusto fuerte en la boca.
Y después la caída y vuelta a levantarse. Cuestión de andar, y ojo! no dejarse llevar.
Todo en un día complicado, en un viernes sin fin, en una mañana apática, de sol que no calienta y de frío interior.
Es algo asi como una lucha, que no deja de contarse, en palabras y caminatas, en memorias y sueños. Que no va a ningún lado! pero qué va! si apenas puedo callar.

Baños sucios, canciones desgastadas, paredes húmedos y futuros mojados. Qué esperar sino la espera, que acontece, sin detenerse.

Espero entonces, al asesino en mi puerta, a la llamada amenazante y al sueño. Sueño que espero sea sueño y no tragedia, como suele pasar. Y si no pasa, pasará. Eso es definitivo y no hay punto que contenga semejante afirmación.

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