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julio 07, 2010

Estaciones I

Otoño

Las copas de los árboles por primera vez descubren un matiz particular. Sus hojas de colores dispersos van tiñendo el camino , según su propia vegetación.

Copas enormes, o pequeñitos arbustos, de mil ramas o sólo pétalos a montones. Copas menudas de mil estrellas o simples hojitas.

Una arboleda dorada espera un viento para echar a volar por calles de asfalto y acolchonadas veredas de la ciudad. Todas hojas secas, resecas, crujidos también del pisotón. De hojas que se rompen, se quiebran y luego silenciosas, huyen del barrendero matinal, con sus orejas de algodón y sus guantes de lana. El
Del ritmo apurado, del poncho sobre el cuerpo y el viento llegando a los talones para amedrentar.

La contradicción otoñal vive la ciudad apenas se levanta. Ruge un leve susurro de olores cafés con leches. Tostaditas con manteca y un dejo azucarado en el paladar. Así amanece otoño contradictorio en la ciudad. I
Contradictorio es este otoño donde la vida muere, las hojas caen y el suelo se pudre. Nace de ello, todos los colores ocres, marrones y descolorados colorados, perfumes violáceos y lluvias pasajeras. Mirar al cielo, fenómeno singular, levemente en movimiento los colores brillan pero distinguen, con esa luz cenicienta, del día otoñal.

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