Te piensan mis dedos. porque saben que te extrañan. Qué los cuerpos no se rozan. Se detrozan. Y por eso comienzan a sentir, que algo les falta. Un contorno o una sombra, se convirtió un día. Pero mis dedos se sientan, esperando una respuesta. El relato o la ficción, en su ciencia inventada, sólo permiten una autorización.
A conocer el verdadero sentido,
de esta tonta ironía
Tantas veces
intentando escribir sobre la intensión de la mentira.
Quien ve ahora, de todos los que sos
el que estuvo inclaudicable
el que no se imperturbaba
Mis dedos, tranquilos esperan
una caminata amigable,
con ellos rítimicamente golpeando la mesa
esperando
que la charla obligada
pase y añorar,
la traquilidad venidera
después del tembladeral
de esta mañana.
1 comentario:
Que los cuerpos no se rozan. Se destrozan.
Ay.
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