*

*

diciembre 13, 2005

Descubrimiento

Había visto la muchedumbre, toda amontonada sobre una casilla de adobe y barro. En realidad todo el paisaje era homogéneamente de ese tinte. Sin embargo en ese momento aquella casa había sido, por la razón que más tarde se enteraría, de una atención particular por los habitantes de la zona.
Esteban salió del bar en el que se encontraba y se hizo paso en medio del bullicio y el tumulto.
Allí encontró a una muchacha delgada, morocha, de ojos almendrados, enormes. Vestía unos trapos sucios, harapientos.
Los pobladores la rodeaban, muchos la insultaban y la golpeaban,otros intentaban defenderla.
Allí, Esteban se enteró que la pequeña había acuchillado a su patrón. 7 estocadas fueron suficientes. Suficientes para acabar el martirio de la joven que había sido ultrajada durante 5 años, violada en presencia de sus hermanitos y padres y observando cómo mantenía a su madre golpeada en una habitación de la pequeña casilla.
La gente que la ensuciaba, con el barro de la calle, decían que eran todas mentiras,"la 'puta' no tiene excusas, se acostaba con todos y ahora lo mata a chuchillazo limpio", decía la más vieja del montón.

Esteban veía la escena con estupor. Se había quedado prendido del rostro de la muchacha: pálida, aún con rastros de sangre (seguramente ajena) sobre las cejas y frente, mazclados con perlas de sudor. Y su mirada... perdida, ausente, quizá escondida en algún recóndito pasaje de su infancia, donde las cosas no eran como fueron...

Derecho de pernada le llamaban. El derecho del dueño de aquellas tierras de ser propietario no sólo de las cosechas ( regadas del sudor de miles) sino también de aquellas ignoradas, anónimas, desplazadas o más bien, sofocadas desde siempre, pero con esa fuerza que las hace madres. Convertidos en siervos de la gleba, viviendo en el siglo XX, vejados como animales, cuando éstos son mejor tratados, incluso mejor alimentados.

Ahí decidió que su vida, era la vida de la tierra, de la libertad. De la búsqueda sincera de la justicia. La justicia para buscar que estas atrocidades no pasaran...

Allí nacía Zapata, uno más del montón que se había vuelto de la muerte, que ya no sería un ignorado, ya no sería un naide. Tendría un nombre y un apellido, y con él, todos los que lo siguieron. Porque los que han sido violados son todos aquellos que perpetrado sus tierras, su identidad hace ya 5 siglos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excellent, love it! » »

Archivo del Blog

Seguidores

Nadie cuenta